1 de cada 20 mujeres embarazadas en EEUU enfrenta abuso emocional y físico
El embarazo puede ser un momento difícil para las mujeres en el mejor de los casos, pero una nueva investigación muestra que 1 de cada 20 mujeres estadounidenses embarazadas también sufre abuso físico, sexual o emocional.
El abuso puede afectar la salud mental y física de la futura mamá y su bebé, porque está fuertemente vinculado con “el retraso en la atención prenatal, la depresión y el trastorno de estrés postraumático [TEPT]”, escribió el equipo de investigación.
El nuevo estudio también mostró que el abuso experimentado durante el embarazo puede aumentar los riesgos de abuso de sustancias maternas, parto prematuro y bajo peso al nacer.
La investigación fue dirigida por Megan Steele-Baser, de la División de Prevención de la Violencia de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Su equipo observó los datos de 2016 a 2022 sobre los niveles autoreportados de violencia física o sexual y abuso emocional de las mujeres embarazadas que vivían en Arkansas, el Distrito de Columbia, Indiana, Kansas, Misisipi, Pensilvania, Dakota del Sur, Washington y Wisconsin.
También se preguntó a las mujeres sobre su estado de salud y la atención médica durante el embarazo.
Los datos mostraron que más de 1 de cada 20 de las mujeres (5,4%) había tenido alguna experiencia de abuso por parte de una pareja íntima durante su embarazo.
El abuso emocional (comentarios denigrantes, gritos y otros abusos) fue el más común, con el 5,2% de las mujeres citando estas experiencias, mientras que el 1,5% de las mujeres sufrió violencia física por parte de su pareja y el 1% citó la violencia sexual.
Todo esto podría afectar seriamente los resultados del embarazo.
Por ejemplo, experimentar abuso emocional se vinculó con casi triplicar el riesgo de depresión durante el embarazo, y aumentó en gran medida las probabilidades de que una futura mamá fumara o consumiera alcohol o marihuana.
La violencia física infligida a una mujer embarazada aumentó sus probabilidades de depresión casi tres veces, y aumentó sus probabilidades de hipertensión gestacional en un 30 por ciento y de parto prematuro en un 50 por ciento, mostró la investigación.
A veces, los resultados pueden ser fatales: según Steele-Baser y sus colegas, el 40% de los homicidios que afectan a mujeres embarazadas coinciden con la violencia de pareja.
Los investigadores también anotaron que el suicidio, la sobredosis de drogas y otras formas de muertes vinculadas con problemas de salud mental siguen siendo la principal causa de muerte entre las mujeres embarazadas. Todos pueden estar relacionados con la depresión, que puede surgir fácilmente en el contexto del abuso por parte de una pareja íntima.
Según el equipo de Steele-Baser, se puede y se debe hacer más para prevenir estas tragedias.
“Abordar los múltiples tipos de violencia de pareja a través de esfuerzos integrales de prevención es fundamental para apoyar la salud materna e infantil”, escribieron.
Los nuevos hallazgos se publicaron en la edición del 5 de diciembre de la revista de los CDC Morbidity and Mortality Weekly Report.
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