Santiago. La Iglesia católica salió al frente a quienes promueven el cierre de los mercados bilaterales que se realizan en los pueblos fronterizos.También advirtió sobre el daño que se haría a miles de haitianos y dominicanos que viven gracias a ese comercio. Dijo que lo que hace falta es fortalecer el marco jurídico de la frontera, “tener reglas claras, actuar con transparencia y no buscar la fiebre en la sábana”.Refiere que con esta medida las autoridades haitianas se ponen de espaldas a la necesidad de los más pobres del vecino país. Y recuerda, que este comercio informal entre ambos pueblos viene desde la época colonial y se fortaleció con el embargo que sufrió Haití.

“La clausura de esta forma de subsistencia para los habitantes de estos pueblos, significará el aumento del contrabando y la ilegalidad que sólo beneficia a sectores poderosos”, apunta la Iglesia católica en el editorial del semanario Camino. Pide al gobierno haitiano abrir puertas para que fluya el comercio y no poner trabas que lo único que hacen es aumentar la miseria. Expresa que con su acción demuestran que su corazón está lejos de la frontera.

Llama a entender que el comercio dinamiza las relaciones entre los pueblos y disminuye las tensiones, al tiempo que fortalece los lazos de amistad y comprensión. “El cierre de los mercados bilaterales aumentará el desamparo de cientos de familias que hoy respiran gracias al oxígeno que llega a través de estas transacciones económicas”, dice Camino.

Además, la falta de recursos en las arcas del Estado haitiano hay que buscarla en otro lado.

La pasada semana, el primer ministro de Haití, Laurent Lamothe, recomendó el fin de los mercados binacionales en la frontera con República Dominicana como parte de un paquete de medidas para combatir el contrabando y elevar los ingresos aduanales haitianos.  Lamothe también dijo que su gobierno espera ejercer mayor control sobre los productos que ingresan a territorio haitiano, lo que ha encontrado el rechazo de diversos sectores.

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elcaribe