El presidente ruso, Vladímir Putin, abordó el motín producido este viernes en una cárcel de la región sureña de Volgogrado durante la reunión del Consejo de Seguridad de Rusia.

Según informó el gobernador de Volgogrado, Andréi Bochárov, cuatro funcionarios de prisiones han tenido que ser hospitalizados, de los que tres se encontrarían en cuidados intensivos.

En cambio, la agencia TASS hablaba de un muerto, según fuentes policiales, y el canal de Telegram Mash informó sobre al menos dos fallecidos entre los rehenes en una prisión con más de 1.200 internos que se encuentra cerca de la localidad de Surovíkino.

El ministro del Interior y los jefes de la Guardia Nacional y de los servicios penitenciarios informaron al presidente sobre la situación en la cárcel 19 (IK-19), donde los amotinados se han identificado como miembros del Estado Islámico, según el canal de Telegram Baza.

La prisión, a la que ha llegado el imán de la mezquita local para negociar con los amotinados, ya ha sido rodeada por las fuerzas especiales de la policía, que prepararían un asalto.

La prensa rusa ha identificado a los cuatro presos, que tienen apellidos centroasiáticos, como tres condenados por narcotráfico y un cuarto por agresión.

Los amotinados obligaron a uno de los rehenes a dirigirse a Putin para que cumpla con sus demandas: dos millones de dólares y un helicóptero para desplazarse a Georgia.

Los amotinados amenazaron con matar a todos los rehenes si eran perseguidos en su intento de fuga.

«En la IK-19 del Servicio Penitenciario de la región de Volgogrado (prisión de alta seguridad), durante una reunión de la comisión disciplinaria, los condenados tomaron como rehenes a empleados de la institución penal», informaron pocos minutos después de las 13.30 los servicios penitenciarios rusos (FSIN) en Telegram.

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