ESPAÑA.- Agentes de la Policía de Barcelona, en España, desalojaron una fiesta que llevaba más de 40 horas, habría iniciado el 31 de diciembre y albergó a más de 400 invitados, según las autoridades.

Según el diario El País, los agentes tenían conocimiento de la fiesta desde el 31 de diciembre, pero no impidieron la celebración “para evitar incidentes graves”. Esta inacción de la policía ha traído el enfrentamiento entre Gobierno y las autoridades competentes.

Al desalojar la fiesta, los agentes confirmaron que en la misma se irrepestaron todos los protocolos sanitarios para evitar la expansión del coronavirus en España y que los asistentes no portaban mascarillas ni cumplían con el distanciamiento físico.

El dispositivo de los Mossos, que optaron por dar margen a los ocupantes para abandonar la nave de forma voluntaria -algo que no ha ocurrido- puso en alerta al Departamento de Salud ya el día 1 de enero. La consejera Alba Vergés (Esquerra Republicana) pidió al consejero de Interior, Miquel Sàmper, que pusiera fin de manera inmediata a la fiesta, identificara a los participantes e impusiera las sanciones oportunas. La fiesta ilegal ha provocado malestar entre los vecinos y alcaldes de la zona. A las críticas se ha sumado la patronal del ocio nocturno, una de las más afectadas esta Nochevieja por el cierre forzado de las discotecas.

“Revisaremos con Interior cómo se han desarrollado los hechos para evitar que vuelva a pasar una situación de estas características y las actuaciones sean más rápidas”, afirmó, a través de Twitter, el vicepresidente de la Generalitat con funciones de presidente, Pere Aragonès. La candidata de Junts per Catalunya a la presidencia de la Generalitat, Laura Borràs, calificó de “inaceptable e indignante” que se haya tardado tanto en desmontar la fiesta ilegal. “Hay que tener los protocolos actualizados para que se pueda actuar sin demoras incomprensibles”.

Fuentes de Salud consideran que los Mossos debieron haber aplicado antes el protocolo habitual en caso de fiestas que incumplan la normativa contra el coronavirus. E insisten en que es necesaria la identificación de los participantes para hacerles un seguimiento y evitar la expansión del virus. Buena parte de los asistentes a la rave proceden de países como Francia o Bélgica, y algunos de ellos han eludido los controles perimetrales de la policía escapando de la finca a través de caminos rurales.

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