RÍO DE JANEIRO. La ola de violencia que azota a Río de Janeiro hizo que en 2017 el turismo en la ciudad más emblemática de Brasil dejara de facturar 1.000 millones de reales (unos 277.777 dólares), informaron hoy fuentes del sector.

De acuerdo con un estudio de la Confederación Nacional del Comercio de Bienes, Servicios y Turismo (CNC), los impactos negativos de la violencia durante el 2017 han influido en el retraso del crecimiento del sector, según divulgó la agencia de noticias del Estado.

La ola de violencia que azota a Río desde la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016 se agravó en 2017 y alcanzó su pico en este 2018, hecho por el que el presidente Michel Temer decretó el pasado 16 de febrero la intervención de su seguridad, con lo que cedió al Ejército el control del orden público.

De acuerdo con Fabio Bentes, jefe de la División Económica de la CNC, el segmento de servicios, en particular el de turismo, aún no ha logrado superar la crisis económica que se inició en 2014.

Según Bentes, tras haber registrado una caída del 6 % de los ingresos reales el año pasado, el turismo debe enfrentar este año una nueva reducción de los ingresos, del orden del 4 %. “Lo que podemos constatar a partir del desempeño reciente es que la crisis aún no ha terminado.

Todavía existe mucho terreno para ser recuperado tras la fortísima caída de la actividad de los últimos años”, declaró el economista.

De acuerdo con Bentes, desde 2015 hasta febrero de este año, la pérdida de facturación del turismo en Brasil sumó 157.000 millones de reales (unos 43.611 millones de dólares) y las expectativas señalan que la recuperación va a continuar siendo lenta. “A este ritmo, el sector turístico sólo va a poder superar la actual situación en 2020”, precisó.

El economista recordó que este sector responde por el 8 % del empleo formal en Brasil, sin embargo, entre 2015 y 2017, cerca de 7.000 establecimientos de hospedaje cerraron las puertas en todo el país, con lo que se perdieron miles de puestos de trabajo.