NUEVA YORK. A pesar de lo que establece la Constitución sobre la nacionalidad de los candidatos a la presidencia, Luis José Ramfis Domínguez Trujillo, nieto del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, dijo el viernes que sus aspiraciones y candidatura no tienen ningún impedimento legal en la República Dominicana y adelantó que a partir de febrero de 2018 comenzará a recorrer todo el país para llevar su mensaje de cambio y de la “nueva restauración” de la República Dominicana.

Domínguez Trujillo, quien habló con este reportero antes de encabezar un acto proselitista en el restaurante Lounge 809 de la calle Dickman en el Alto Manhattan, aseguró que nadie, le podrá impedir que llegue a la Presidencia en las elecciones de 2020.

“No hay ningún obstáculo jurídico ni constitucional para nuestra postulación. Nosotros respetamos el derecho que tiene cada cual a opinar e iremos aclarando las cosas sobre la marcha”, respondió, sin desarrollar su argumento.

“No estuviésemos en esto, si entendiéramos que algún obstáculo nos prohíbe participar en el ruedo político dominicano”, añadió.

Respecto a si renunció o piensa renunciar a la ciudadanía americana, dijo que “es mejor dejar esos temas a los legalistas y juristas, que comiencen a hablar y analizar”.

Dice reside en República Dominicana desde hace 15 años.

Reveló que tiene residencia registrada en el sector El Vergel de Santo Domingo desde 2002. “De modo, que eso tampoco es impedimento en la Constitución”.

“Soy Domínguez Trujillo, modelo 2017, mejorado”

El político prometió que de llegar a la Presidencia, “no habrá trujillismo. Yo no soy Trujillo, soy Domínguez Trujillo, modelo 2017, mejorado, digo yo...”.

Insistió en que pondrá claro esa parte, mientras dejará que “la gente especule y hable, porque entiendo que ese es su derecho”.

Acto que encabezó en Manhattan

Domínguez Trujillo llegó al acto a las 8:08 minutos, casi media hora después que finalizó un piquete de rechazo, con escarceos y cruces verbales entre sus adversarios y seguidores.

“Este es un mensaje de unidad, un proyecto que aspira única y exclusivamente al engrandecimiento de la Patria, no es un movimiento trujillista ni antitrujillista, es un proyecto de dominicanos. No venimos con rencillas personales y partidismos, porque el divisionismo existente en este momento es porque los partidos han dividido el país entre constitucionalistas, revolucionarios, trujillistas y antitrujillistas, pero este es un proyecto para todos los dominicanos”, dijo.

Señaló que en procura de la unidad, está dispuesto a sentarse en la mesa, con quien sea, para resolver las penurias que vive la República Dominicana.

No conoce la dictadura

Dijo que como nació en los Estados Unidos es producto de una democracia y no conoce dictaduras.

“Mi formación intelectual en Estados Unidos ha sido aquí, en la cuna de la democracia, no conozco otra cosa, por lo que vengo a enfrentar a la dictadura que existe en la República Dominicana hoy por hoy”, añadió.

Rechazó que de llegar al Palacio Nacional, habría trujillismo de nuevo, como aspiran muchos dominicanos.

“Nunca he apoyado los vicios de las dictaduras, ni la de mi abuelo ni de ninguna otra, siempre he resaltado sus aspectos positivos, porque representan la grandeza del pueblo dominicano, no de mi abuelo”, agregó.

“Dictadura de hoy es más perversa”

Domínguez Trujillo afirmó que “siempre” ha censurado los vicios de las dictaduras, aunque entiende que solo se ha destacado de ella lo negativo “a niveles superlativos”.

“Hoy tenemos una dictadura de pacotilla, más perversa y más dañina que está sumergiendo al pueblo en un punto de no retornar. Estamos perdiendo la patria”, dijo.

Afirmó que por esa razón es que ha decidido enfrentar eso la “corrupción, porque se come el 24% del Presupuesto”, mientras que otro 23.5% de los recursos del Estado se va en endeudamiento público.

“Hay que resolver esos dos puntos para poder empezar a trabajar para resolver los problemas”, añadió.

Adelantó que a partir de febrero iniciará una gira por todo el territorio nacional para recorrer los 153 municipios y estará en el país, el 95% del tiempo en 2018.