Así jugaba James Rodríguez con 12 años.
"Quiero ser profesional. Primero empezar con Tolima y así lo que quiera Dios". A sus 12 años James Rodríguez, una de las estrellas del Mundial de Brasil 2014, ya tenía claro que quería ser jugador de fútbol. El colombiano acababa de marcar un gol olímpico al Deportivo Cali en la final de la Copa Pony de fútbol de 2004, de la que fue MVP, y fue entrevistado nada más acabar el torneo tras sobresalir sobre el resto con su tremenda calidad.
Entonces jugaba para el Academia Tolimense. Hacía ruletas, croquetas, y diabluras varias aprovechando su ya potente zurda con la que ejecutaba las faltas también con maestría. Y dedicaba los goles a su "mamá" y a su "padrazo".
Allí empezó una carrera de vértigo. Tras el torneo fichó por el Envigado FC donde debutó en el primer equipo en 2006 cumpliendo su sueño de ser profesional con apenas 14 años. Dos años después, con 16, fichó por Banfield. En Argentina estuvo hasta los 18 años cuando uno de los 'grandes' de Europa, el Oporto, llamó a sus puertas para que cruzara el charco. En Portugal creció hasta consolidarse como una estrella y ganando sus primeros grandes títulos, como la Europa League. En 2013 los 'dragoes' le vendieron al Mónaco por 45 millones de euros convirtiéndose en el segundo colombiano por el que más se había pagado en un traspaso sólo por detrás del Tigre, Radamel Falcao.
Un año después, James, que se pronuncia tal como se escribe, está valorado por los expertos en 70 millones de euros. Sueña con jugar en la Liga que, como reconoce su padre, le iría bien a su estilo técnico. Pero de momento esperará. "Seguiré en el Mónaco", aseguró tras perder ante Brasil aunque todo indica que no tardará mucho en jugar en uno de los más grandes.
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