La procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, advirtió ayer de que no sucumbirá al “chantaje y la presión” lanzados, desde varios frentes, con la intención de que se eluda el cumplimiento de la ley en los procesos que se conocen en el Consejo Superior del Ministerio Público.

Dijo que estará siempre lista a conversar, escuchar opiniones y ponderar los reparos a las iniciativas cursadas, esto en el marco del respeto y la consideración que deben tener como personas decentes.

Manifestó saber perfectamente lo que significa hacer una carrera, subir los diversos escalones, sin saltarse ninguno, y de ver gente que le pasó por el lado a exceso de velocidad, pero nunca sucumbió “a la maledicencia y la desconsideración ajena”.

Germán Brito habló en estos términos a raíz de la circulación, entre integrantes del Ministerio Público, de las propuestas de reglamento de escalafón y las bases para un concurso interno de ascenso de fiscalizadores.

Destacó que si algo ha caracterizado a su gestión y su acción profesional al frente del órgano de procuración de justicia penal, “es la defensa de la igualdad y la no discriminación”

ACCIÓN PROFESIONAL

Esto, anotó, “no porque sea lo políticamente correcto, sino porque es en lo que firmemente creo”.

Fue enfática al precisar que, bajo ninguna circunstancia, aceptará violaciones de derechos en perjuicio del cuerpo que dirige, ni aprobará nada que así disponga que no sea el caso, mientras dejó constancia del compromiso ineludible que, como procuradora, asumió con el cumplimiento de la ley.

Es necesario reconocer, añadió, “como he dicho ya tantas veces, que el Ministerio Público arrastra el lastre de decisiones nefastas del pasado que han generado distorsiones inaceptables, como el que, por supuesta falta de personal, personas que no son fiscales realicen el trabajo que sólo está llamado a ejercer por ley el fiscal”.